Ha llegado a mis manos un gran e inspirador libro: ‘Rambam’s Ladder: A Meditation on Generosity and why it is necessary to give’, de Julie Salomon.
El libro se basa en las enseñanzas de Ramban, médico y filósofo. Hace ya mil años describía las diversas formas del ‘dar’. Desde la entrega de dinero como puro donativo, hasta ayudar a alguien a ser autosuficiente. El consabido enseñar a pescar versus ofrecer un plato de comida.
Ello me lleva a reflexionar sobre la generosidad como cualidad del liderazgo.
Cuando pensamos en la generosidad, nuestros pensamientos derivan automáticamente a los regalos de dinero o a la caridad.
En el contexto del liderazgo, hay otros regalos que no tienen un valor monetario, pero cuyo valor es incalculable. Esto incluye darle a alguien una oportunidad. Implica dar a los demás permiso para cometer errores, y toda la información necesaria para el empeño de sus funciones.
En pocas palabras, todo esto se traduce en la generosidad de espíritu, una cualidad que admiro en los líderes.
La generosidad, concepto que procede del latín generosĭtas. Indica la inclinación a dar y compartir por encima del propio interés. Se trata de un valor positivo que puede asociarse al altruismo, la caridad y la filantropía.
Entiendo que un líder, en virtud de su posición y el poder y sus privilegios, podría dejarse guiar por la nobleza de espíritu. La generosidad de un líder tiene un efecto positivo que conllevará una gran difusión y ello debería aprovecharse!
Hace unos días tuve la oportunidad de asistir en Madrid a la presentación del libro del gran Luis Galindo, Reilusionarse. Os dejo el vídeo a la presentación, vale la pena verlo.
Yo también pienso que la gente necesita algo más que «un buen trabajo». La mayoría queremos encontrar el sentido a nuestros trabajos.
Hay una anécdota que cuenta Tom Peters en un hospital oncológico de EEUU. Durante una serie de entrevistas con el personal, un entrevistador le preguntó a la encargada de la limpieza lo que su trabajo significaba. Ella respondió: «Yo ayudo a curar el cáncer.» En algún lugar de ese hospital alguien y le hizo sentir que ella era parte de la misión del hospital.
Existe una aldea africana donde las palabras para decir ‘buenos días’ o ‘hola’ son: «Estoy aquí si estás aquí.» ¿Nos fijamos en todas las personas que pasan por nuestras vidas?